He de nuevo aquí, escuchando a la mujer hablando del cine y su arte. Escucho, pero no oigo. Paso el tiempo en otro mundo esperando que ponga al menos por hoy una buena cinta. No tengo fuerzas para atender, pero tampoco quiero divagar. Me encuentro en el balance perfecto, lo suficientemente perfecto para afrontar al miserable anciano del día anterior. Se atrevió a burlarse de mí, patético, niño, gordo y maldito. Donde quedó tu profesionalismo? Donde quedaron tus estudios? Tan sólo te queda tu ego, tan inflado como tu barriga y te maldigo por ello. No lo haces por justicia, lo haces por el mero placer de hundirme una vez más. Tú no sabes nada...nada, pero me juzgas y criticas por no pertenecer a tu orbe. No soy de ahí, nunca lo seré, pero no tengo por que ser herido una vez más, sin razón, sólo por tu bizarro gusto enfermizo. Te maldigo una vez más, cuando el infierno más ardiente está, me tiras encima más carbón para chillar y arder, sólo por tu placer. Te detesto, quieres enfrentarme una vez más para volverme a golpear bajo, embustero, hipócrita y canalla. Creeme que cuando la oscura venga por tí, yo estaré ahí, esperando, riendo, celebrando.