martes, 26 de junio de 2012

Demonios en tí

No los necesito. Los veo y los miro. Detesto su dependencia. Me negaría a ser como ustedes. No soporto la mera idea de compartir su miedo, su debilidad, su ignorancia.


Patéticos, ustedes, que ocultan su fracaso con eufemismos. Sus modas, sus ideas y sus risas que asesinan la vida.


Para que ser hombre si vuelvo al mismo polvo del que ustedes vinieron. Romper mi naturaleza debo para romper las cadenas que nos unen. Romper con mi humanismo para ver desde el cielo, hacia el fuego.


Su inocencia, su mayor pecado. Su sentir, sin razón, su mayor error.


Su mundo artificial, su falsa utopía y su tan llamada civilización, sobre qué fundamentos se ha basado?


Necesitan de las tinieblas, pues ahí la luz más fuerte brilla y el niño se convierte en hombre y el hombre se convierte en héroe.


Quise vivir bajo su ligereza, pero esta fácil muere por el caos que siempre cierne.


Amor sin dolor.
Amistad sin fraternidad.
Lujo sin fracaso.
Celebración sin honor.


Patéticos, ustedes, que la felicidad les pesa más que la verdad.
Con ella ocultan su mediocridad que bien recae en la relatividad.


Mueran pues! Que su presencia nada sirve, nada marca, nada inspira.


Del verdadero dolor más sabio se aprende que de un fugaz sueño.


Me lamento ser de ustedes, tan frágil, tan breve, tan mortal.


Del odio obtengo poder;
de la soledad, libertad.

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